Conectarse
Tu Panel de Control
TU CUENTA Información Preferencias Firma Avatar |
RED SOCIAL Lista de amigos e ignorados Miembros del foro Grupos de usuarios |
MENSAJES PRIVADOS Mensajes recibidos Mensajes enviados |
TEMAS SUPERVISADOS Suscripciones |
Últimos temas
La leyenda de Cambaral ( Mitología asturiana )
:: :: CULTURA
Página 1 de 1.
La leyenda de Cambaral ( Mitología asturiana )
"Había subido desde las costas de Argel y Tingitania hasta nuestros mares cantábricos, una pequeña flota de piratas berberiscos que, con sus contínuas incursiones, tenían atemorizados a todos los pueblos de la costa desde Avilés hasta Navia.Los barcos berberiscos, más pequeños , ágiles y ligeros que los grandes barcos de la flota del rey, escapaban de contínuo de todas las persecuciones y parecía que fuera imposible detenerlos nunca.Mandaba la flota pirata un moro llamado Cambaral, famoso por la extrema crueldad que mostraba en sus asaltos y por lo ingenioso de sus ataques. Entre su pericia como capitán y las características de sus embarcaciones, ciertamente, era difícil capturar siquiera alguno de los barcos que componían la flotilla.
Cansado de las tropelías que cometían los berberiscos, el señor de la fortaleza de Luarca, también conocida como La Atalaya, decidió que ya era hora de acabar con ellas y que, dado el fracaso de la flota real, se hacía necesaria una nueva estrategia que facilitara su captura. Embarcando a sus más fuertes y aguerridos guerreros en sencillas embarcaciones de pesca, bien disimulados entre sus aparejos y artes, salieron a la mar a esperar que apareciese la flota berberisca. A pocas millas de Luarca, se pusieron a pescar con la intención de que los moros les viesen como un botín fácil y de que, confiadamente, les asaltaran.
Efectivamente, en cuanto aparecieron los barcos berberiscos y vieron las barcas de pesca, se lanzaron a su ataque.Pero cual no sería su sorpresa, en cuanto se acercaron a ellas, que vieron que de ellas salían decenas de guerreros perfectamente armados y preparados para el abordaje, y que eran las inocentes barcas las que les atacaban ellos y no al contrario, como tenían previsto. El combate fué largo y cruento, pero la sorpresa y maniobrabilidad de las barquillas, dieron toda la ventaja a los luarqueses.
Cambaral fué hecho prisionero, cargado de cadenas y conducido a la fortaleza de La Atalaya, en cuyas mazmorras lo encerraron sin curarle siquiera las heridas.
Mientras el señor de Luarca y sus aliados festejaban el triunfo y preparaban los despachos para anunciarle al rey la buena nueva, la hija del señor, una bella doncella de espíritu generoso y gran corazón, pidió permiso para curar sus heridas y se dirigió a las mazmorras.
Había poca luz allí, pero, parece, no les hizo falta alguna, pues fué verse, siquiera entre las sombras, para que surguiera entre ellos el más puro amor. A pesar de las heridas, o quizás por ellas mismas, Cambaral comenzó a sentir lo que todas su correrías le habían ocultado: que era huérfano de corazón, que sus fechorías no lo había evitado nunca y que nunca lo evitaría, que podía hallar descanso y sosiego, al fin, en este amor que se le ofrecía. La hija del señor, que nunca había sentido las punzadas del amor noble, curó las heridas casi con veneración, pero también con una congoja que la atenazaba, pues conociendo bien a su padre, sabía cual iba a ser el destino de Cambaral y, por ende, más que probablemente, el suyo.
En aquella semioscuridad se declararon su amor mutuo y se hicieron esas promesas grandilocuentes con que los amantes noveles adornan la adversidad. Pero cuando Cambaral, se recuperó de sus heridas, volvió a emerger en él su audacia y su ingenio, que tan bien le habían servido en sus correrías por todas las costas, desde Argel hasta el Cantábrico, y planificó la fuga de ambos.
Fué una huida alocada, sin posibilidades de éxito, practicamente, pero los ojos de los amantes no veían sino el momento en el que su amor podría al fin desplegarse, herirse con sus besos, consumarse en pasión. No veían otra cosa que esa determinación cuando bajaban hacia el puerto desde la fortaleza, escondiéndose en las esquinas, corriendo atropelladamente y buscando, ya en los muelles, el barco de Cambaral que, rápido y ágil como era, hacia ella misma les dirigiría.
Sin embargo, el señor de la fortaleza ya había sido avisado de la fuga y, con un destacamento de tropas, esperaba a los amantes en el puerto. Allí acabaron sus sueños sus sueños y pusieron a prueba todas aquellas promesas que se habían hecho; viendo imposible la huida, Cambaral abrazó a la hija del señor de Luarca; ambos se miraron como si se estuvieran diciendo algo que no se puede decir (amor que nace a oscuras, oscuro muere); ambos se besaron como si ya nunca más se pudieran besar (ya nunca los labios volverán a soñar)...
Y así fuera que el señor de Luarca, loco de ira, incapaz de soportar aquel beso que para él era blasfemia, de un solo tajo, cortó ambas cabezas, las cuales fueron a escabullirse, en su beso final, a las frías aguas del puerto, justo donde años después se levantaría el llamado Puente del beso.
La leyenda de Cambaral ha dejado una gran huella en la villa de Luarca. El barrio de pescadores lleva su nombre y se suele distinguir dentro de él el Cambaral Alto, que es donde habría estado la fortaleza (hoy en su lugar hay un monumento, llamado, precisamente, la Mesa de Cambaral) y Cambaral Bajo, que es donde está el muelle.
Otras leyendas hacen de Cambaral un pirata normando que habría desembarcado en Luarca y que habría sido muerto en combate por un tal Teudo Rico de Villademoros."
Historias y Leyendas de Asturias
Miguel I.Arrieta Gallastegui
Editorial Trea
Cansado de las tropelías que cometían los berberiscos, el señor de la fortaleza de Luarca, también conocida como La Atalaya, decidió que ya era hora de acabar con ellas y que, dado el fracaso de la flota real, se hacía necesaria una nueva estrategia que facilitara su captura. Embarcando a sus más fuertes y aguerridos guerreros en sencillas embarcaciones de pesca, bien disimulados entre sus aparejos y artes, salieron a la mar a esperar que apareciese la flota berberisca. A pocas millas de Luarca, se pusieron a pescar con la intención de que los moros les viesen como un botín fácil y de que, confiadamente, les asaltaran.
Efectivamente, en cuanto aparecieron los barcos berberiscos y vieron las barcas de pesca, se lanzaron a su ataque.Pero cual no sería su sorpresa, en cuanto se acercaron a ellas, que vieron que de ellas salían decenas de guerreros perfectamente armados y preparados para el abordaje, y que eran las inocentes barcas las que les atacaban ellos y no al contrario, como tenían previsto. El combate fué largo y cruento, pero la sorpresa y maniobrabilidad de las barquillas, dieron toda la ventaja a los luarqueses.
Cambaral fué hecho prisionero, cargado de cadenas y conducido a la fortaleza de La Atalaya, en cuyas mazmorras lo encerraron sin curarle siquiera las heridas.
Mientras el señor de Luarca y sus aliados festejaban el triunfo y preparaban los despachos para anunciarle al rey la buena nueva, la hija del señor, una bella doncella de espíritu generoso y gran corazón, pidió permiso para curar sus heridas y se dirigió a las mazmorras.
Había poca luz allí, pero, parece, no les hizo falta alguna, pues fué verse, siquiera entre las sombras, para que surguiera entre ellos el más puro amor. A pesar de las heridas, o quizás por ellas mismas, Cambaral comenzó a sentir lo que todas su correrías le habían ocultado: que era huérfano de corazón, que sus fechorías no lo había evitado nunca y que nunca lo evitaría, que podía hallar descanso y sosiego, al fin, en este amor que se le ofrecía. La hija del señor, que nunca había sentido las punzadas del amor noble, curó las heridas casi con veneración, pero también con una congoja que la atenazaba, pues conociendo bien a su padre, sabía cual iba a ser el destino de Cambaral y, por ende, más que probablemente, el suyo.
En aquella semioscuridad se declararon su amor mutuo y se hicieron esas promesas grandilocuentes con que los amantes noveles adornan la adversidad. Pero cuando Cambaral, se recuperó de sus heridas, volvió a emerger en él su audacia y su ingenio, que tan bien le habían servido en sus correrías por todas las costas, desde Argel hasta el Cantábrico, y planificó la fuga de ambos.
Fué una huida alocada, sin posibilidades de éxito, practicamente, pero los ojos de los amantes no veían sino el momento en el que su amor podría al fin desplegarse, herirse con sus besos, consumarse en pasión. No veían otra cosa que esa determinación cuando bajaban hacia el puerto desde la fortaleza, escondiéndose en las esquinas, corriendo atropelladamente y buscando, ya en los muelles, el barco de Cambaral que, rápido y ágil como era, hacia ella misma les dirigiría.
Sin embargo, el señor de la fortaleza ya había sido avisado de la fuga y, con un destacamento de tropas, esperaba a los amantes en el puerto. Allí acabaron sus sueños sus sueños y pusieron a prueba todas aquellas promesas que se habían hecho; viendo imposible la huida, Cambaral abrazó a la hija del señor de Luarca; ambos se miraron como si se estuvieran diciendo algo que no se puede decir (amor que nace a oscuras, oscuro muere); ambos se besaron como si ya nunca más se pudieran besar (ya nunca los labios volverán a soñar)...
Y así fuera que el señor de Luarca, loco de ira, incapaz de soportar aquel beso que para él era blasfemia, de un solo tajo, cortó ambas cabezas, las cuales fueron a escabullirse, en su beso final, a las frías aguas del puerto, justo donde años después se levantaría el llamado Puente del beso.
La leyenda de Cambaral ha dejado una gran huella en la villa de Luarca. El barrio de pescadores lleva su nombre y se suele distinguir dentro de él el Cambaral Alto, que es donde habría estado la fortaleza (hoy en su lugar hay un monumento, llamado, precisamente, la Mesa de Cambaral) y Cambaral Bajo, que es donde está el muelle.
Otras leyendas hacen de Cambaral un pirata normando que habría desembarcado en Luarca y que habría sido muerto en combate por un tal Teudo Rico de Villademoros."
Historias y Leyendas de Asturias
Miguel I.Arrieta Gallastegui
Editorial Trea
Sion- Nivel 42
- Mensajes : 1055
Fecha de inscripción : 24/04/2010
Edad : 38
Localización : Madrid
:: :: CULTURA
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Mar Feb 18, 2014 6:16 pm por Boss
» K-POP
Mar Feb 18, 2014 6:15 pm por Boss
» TORNEO POKEMON CLASICO (rojo, azul, y amarillo)
Dom Feb 16, 2014 7:08 am por djvilo
» Bobobo y Bobobo Shintetsu
Vie Ene 17, 2014 1:22 am por Zero
» Salón manga Jerez (Cádiz) 2014 (días 4, 5 y 6 de Abril).
Miér Ene 08, 2014 10:39 am por Aschere
» Hoy estoy...
Miér Jul 10, 2013 1:27 pm por Boss
» Hiii :3
Mar Jul 02, 2013 7:39 pm por ginoalighieri
» =^_^= Ahorcado =^_^=
Jue Jun 27, 2013 6:51 pm por moto-Hinata
» Shingeki no Kyojin atack on titan
Vie Jun 14, 2013 8:54 am por Boss
» Confieso que...
Vie Jun 14, 2013 8:32 am por Boss
» Tu primer pensamiento del día
Vie Jun 14, 2013 8:29 am por Boss
» Salón manga Jerez 2013 (Cádiz -España- 15/16/17 Marzo).
Jue Mayo 30, 2013 6:01 pm por JCE Reaper
» Quedada en mi casa
Lun Abr 15, 2013 3:27 pm por Boss
» Ayuda para pintar una espada
Jue Abr 11, 2013 10:49 pm por Boss
» EXPOMANGA 2013
Lun Abr 08, 2013 4:49 pm por JCE Reaper
» Ayuda de Cosplay
Lun Abr 08, 2013 11:11 am por Boss
» Sword Art Online ( S.A.O.)
Lun Abr 08, 2013 11:10 am por Boss
» No Le Cuentes A Nadie Que..
Lun Abr 08, 2013 11:07 am por Boss
» vendo mangas
Dom Abr 07, 2013 10:50 pm por nury19
» Adivina la serie ^^
Sáb Abr 06, 2013 6:21 pm por JCE Reaper
» Thenshi Lelouchs Renace
Jue Feb 28, 2013 5:24 pm por yuki
» hola :3
Jue Feb 28, 2013 5:23 pm por yuki
» PROXIMAMENTE.......
Vie Feb 15, 2013 2:12 pm por Boss
» Ayuda!! Personajes negros manga/anime...
Vie Feb 08, 2013 7:45 pm por Lúthien Hakaura
» Odio...
Jue Feb 07, 2013 2:32 pm por ginoalighieri